sábado, 27 de noviembre de 2010

Mirando patrás Vol. 5: De ThunderCats y otros mutantes

El canal 4 la supo hacer cuando empezó a transmitir ThunderCats o "Los Felinos Cósmicos" como indicaba el narrador (aunque me da la impresión de que el canal 5 pasó el primer episodio antes, investigaré). La serie era una mezcla de dibujo gringo y dirección japonesa, gracias al combo de Ted Wolf y Katsuhito Akiyama. Los personajes eran versiones humanizadas de diferentes felinos, con nombres que hacían referencia a los mismos.


Básicamente la historia contaba la destrucción de su plantea, Thundera, y de cómo llevan al joven heredero al trono, Leon-O, hasta el Tercer Planeta para salvarlo de la destrucción. Durante el viaje (y en realidad sin motivo alguno), Leon-O crece rápidamente hasta ser un adulto, y deberá cubrir su inexperiencia si realmente quiere convertirse en el Señor de los ThunderCats. Afortunadamente no le faltarán situaciones para entrenarse, ya que el Tercer Planeta también tiene sus problemas. La maldad en el planeta está condensada en un ser llamado Mumm-Ra, proveniente de una cultura muy similar a la egipcia. Mumm-Ra es capaz de invocar a los Antiguos Espíritus del Mal y retomar momentáneamente el poder que lo convierte en un guerrero muy poderoso. Junto con él, un grupo de mutantes del planeta Plun-Darr (basados en animales "feos") se tomarán la tarea de desgraciarles la vida a los ThunderCats.

Leon-O tiene la suerte de estar acompañado de un grupo de combatientes élite. Además del fantasma de Jagah, su mentor, están: Tigro, una extraña combinación de arquitecto, psíquico y acróbata; Panthro, ingeniero mecánico y artista marcial; Cheetara, guerrera de alta velocidad con poder extrasensorial; Felino y Felina, los pequeños con el cinturón lleno de trucos; y Snarf, personaje gracioso de peluche y amigo/sirviente de Leon-O.
En el tercer planeta debe hacer mucho calor, ya que los personajes llevan ropa muy ligera sin importar la época del año.


Cada uno maneja sus propias armas y obviamente la más poderosa es la de Leon-O, la Espada del Augurio, que normalmente es una daga pero que tiene más funciones que una navaja suiza. Además de ser indestructible, le permite a Leon-O hacer trampa viendo el futuro cercano o lo que está ocurriendo en algún lugar cercano ("más allá de lo evidente"), puede aumentar hasta tres tallas a voluntad del usuario y puede proyectar una luz similar a la Bati-Señal que le permite a Leon-O llamar refuerzos cuando las papas queman. En realidad ese chiste de la señal ha tenido más usos durante la serie, incluyendo romper hechizos, devolver la energía, neutralizar los poderes de Mumm-Ra, etc, etc, etc. Tanto nos metieron en la cabeza que el cachivache ese era indestructible que en los pocos capítulos en que se ha roto, se puede ver la cara de Leon-O aumentando un trauma más a su colección.

Los mutantes por su parte eran humillados en cada capítulo. Reptilio, Chacalo, Mandrilo, y los posteriores Buitro y Rataro, sólo sirvieron de estorbo a los ThunderCats antes de la batalla final de cada episodio, y también sirvieron de arsenal para todos los escolares que buscaban nuevos apodos para sus compañeros. Conforme la serie avanzaba, aparecieron varios grupos de enemigos (obviamente para marketear más muñecos) como los Lunatacks, Brazo de Hierro y sus piratas, y un número casi infinito de seres que Mumm-Ra podía invocar.
Cabe resaltar que la serie no terminó en los dibujos animados, sino que hizo falta una década y 4 miniseries de comics para terminar con la historia.

Al ver el éxito que tuvieron, a la productora Ranking/Bass no se le ocurrió nada mejor que lanzar más series con el mismo estilo, humanos con características de animales. El resultado fueron series como Los Halcones Galácticos (SilverHawks) y Tiger Sharks.

Canal 9 nos pasó SilverHawks (así con el título en inglés), que presentaba a una fuerza especial y espacial del siglo 29, dirigida por el Capitán Telescopio, quien literalmente llevaba un telescopio en lugar de ojo. A su mando, un grupo de héroes con armaduras y alas muy similares a las de un halcón, se encargaban de detener a los malandrines provenientes de la galaxia Limbo, dirigidos a su vez por un engendro llamado Monstruón (Mon*Star, en realidad).


El equipo de los Halcones Galácticos venía integrado por: Rayo de Plata (Quicksilver), el líder táctico; los gemelos Acerino (Steelwill) y Acerina (Steelheart), combinando ingeniería y fuerza; Vaquero (Bluegrass), el piloto guitarrista; y el enigmático Niño de Cobre (Copper Kidd), el genio del equipo que sólo hablaba con silbidos (no sé de dónde sacaron que no hablaba porque venía de un planeta de mimos). Las armaduras los dotaban de fuerza, resistencia, la habilidad de volar y un arsenal enorme. Adicionalmente, cada uno tenía un halcón cibernético que hacía de arma y de mascota al mismo tiempo. El de Vaquero incluso se transformaba en guitarra.

Por su parte, Monstruón no se quedaba atrás. Además de poder invocar los poderes de la Estrella Lunar de Limbo para amplificar sus poderes (¿dónde he visto eso antes?), tenía a su mando a un montón de desadaptados con poderes muy extraños: Artillero (Hardware), un reptil humanoide repleto de armas; el Barón Sierra (Buzz-Saw) que tenía armas cortantes por todo el cuerpo; Bucéfalo (Mumbo-Jumbo), la cabeza más dura del espacio; Vendaval (Windhammer),
maestro de los vientos en pleno espacio exterior; Molecular (Mo-Lec-U-Lar), un tipo con forma de molécula que podía cambiar de aspecto a voluntad; As (Pokerface), un robot experto en estafas; Melodía, la tecladista ochentera con ataques sónicos; y Temporal (Timestopper), un chibolo que podía detener el tiempo. Además estaba el irritante Esclavo (Yessman), que siempre decía "Chi chi chiii, amo" a todo lo que Monstruón mandaba.
Durante la serie aparecieron otros Halcones Galácticos, como Sortílego (Hotwing), Relámpago (Flashback) y Rayo de Luna (Moon Stryker), como para que compren los muñecos de colección. Dicho sea de paso, estos 3 rompían el esquema de color azul de los demás Halcones.

Un detalle muy curioso es que la supuesta galaxia donde se desarrolla la serie parecía tener reglas físicas distintas a las del espacio conocido, ya que los personajes podían salir al exterior de las naves sin escafandra, manejaban vehículos sin cubierta, podían escucharse al hablar y cosas así. Si alguien perdía apoyo bajo sus pies, no quedaba flotando en el espacio, sino que caía "hacia abajo". Y lo más extraño, Vendaval podía invocar el poder de los vientos en lugares donde supuestamente no había aire. Como excusa diré que la serie jamás pretendió ser muy científica que digamos. Sin embargo, las pruebas que le tomaba Vaquero al Niño de Cobre al final de cada episodio jugaban con datos muy acertados. SilverHawks estuvo cercana a repetir el éxito de ThunderCats y luego de terminada la serie, también tuvo su línea de comics, que continuaban con la historia.

SilverHawks tuvo relativo éxito, aunque no recuerdo si la pasaron completa, pero definitivamente tuvo mejor suerte que otras dos series que pasaron en Canal 2: Tiger Sharks y Karate Kat.


Tiger Sharks fue un intento de repetir el plato, esta vez con mutaciones de humano y seres marinos. En el mundo ficticio de Acuario (Water-O), el equipo se encargaba de proteger este extraño planeta cubierto en su totalidad por agua, de los ataques de T-Ray y sus mantarianos. Para ello, contaban con un tanque de agua que les permitía mutar su cuerpo humano, aumentando sus cualidades y dándoles características de seres marinos.
El equipo estaba conformado por Mako, líder del grupo, que tomaba aspecto de tiburón; Walro, científico mecánico que asumía aspecto de morsa; Dolpho, el personaje cómico, se volvía un delfín; Octavia, experta en comunicaciones, su cabeza se volvía un pulpo; Lorca, el experto en vehículos, tomaba características de orca; Bronc, el personaje de relleno que se volvía caballito de mar; su hermana Angel, que se volvía un pececito; y hasta el perro del equipo, Gupp, que se transformaba en una foca.

Por su parte los villanos no necesitaban transformarse en nada porque de por sí eran peces humanoides. T-Ray tenía a su mando a un grupo de secuaces totalmente inútiles, empezando por Bocaza y Carpa, dos hombres-pez que tenían el nivel intelectual de Floyd y Cholín de Kissyfur.
Los pocos capítulos que recuerdo eran incluso más repetitivos que los de ThunderCats y hasta daban la impresión de no tener mayor continuidad.
La serie sólo tuvo 26 capítulos, los cuales ni siquiera pasaron completos. Si no me equivoco fue levantada en Canal 2 para poner a La Pequeña Maravilla en su lugar.

Con Karate Kat fue la misma historia. Parece que Canal 2 las compró en paquete y programó Karate Kat los sábados en la mañana. La historia de este gato-detective-karateka aguantó sólo unas cuantas semanas al aire antes de ser retirada en favor de la versión en dibujos animados de ALF, que por obvios motivos llamó mucho más la atención de la gente. Lo único bueno que tenía era la canción de entrada.


Para la próxima, vienen las series para niñas que todos los hombres vimos.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Mirando patrás Vol. 4: Festival de los Robots Pt .2

Pero algo falta aquí. Si bien las dos series eran geniales, en el video de presentación del Festival aparecían imágenes que no correspondían a ninguna de las dos. Cinco años después de la emisión original de estas dos series (año 86 aprox.), Canal 4 se la jugó pasando las dos series que faltaban: Supermagnetrón (Magne Robo Gakeen) y El Gladiador (Great Dragon Gaiking).

Supermagnetrón (que algún payaso por ahí me dijo que era "el papá del Vengador"), es un robot gigante creado por el Dr. Raymond para defender la Tierra de una sarta de monstruos que vienen de la estrella Izaru, que quién sabe dónde queda y cómo llegaron hasta acá.

Lo particular de este robot es que no lo dirige una sola persona, sino que es una pareja la que se fusiona para formar la parte central del Supermagnetrón y a través de la energía magnética (de ahí el nombre) se unían las demás piezas para completarlo. Los pilotos eran Waldo, un artista marcial con la típica personalidad del héroe faltoso y rebelde sin causa; y Liza, la guapa y atlética hija del Dr. Raymond. Ambos tenían sus propios robots, los cuales siempre terminaban mal parados. Luego de ser humillados, recién se les ocurría formar al robot más grande.

Para fusionarse, se lanzaban al vacío desde sus robots, unían sus pulseras y empezaban a girar hasta transformarse en un par de hexágonos rojizos que se adherían al centro del Magnetrón. No sé a quién se le ocurrían estas secuencias de transformación, pero debe haber sido alguien bien pastel. Lo interesante es que en teoría la pareja representaba los polos positivo y negativo, y esto se reflejaba también en sus personalidades, siendo él bien asado y ella bien relajada.

El arsenal del Supermagnetrón era sorprendente, daba la impresión de que en cada capítulo le inventaban un arma nueva. De arranque, los robots de Waldo y Liza se transformaban en un par de propulsores que le permitían al Magnetrón volar. Llevaba una cuchilla en la planta del pie para agregar más daño en sus patadas (eso siempre me pareció un arma bien tramposa), un par de garras estilo Wolverine y una serie de rayos y ataques especiales con nombres basados en el magnetismo, como para que haga juego. Recuerdo que en una ocasión le volaron una pierna y de la nada en las rodillas le salieron llantas y empezó a avanzar como carrito. Imparable el robot.

La canción del final fue también del Capitán Memo. Lo extraño es que tengo un vinilo de canciones de la Marvel donde viene un instrumental llamado "Super Robot" y resulta que es la de Supermagnetrón. Cómo llegó ahí, ni idea.



La última serie del paquete fue El Gladiador. La Tierra está por ser invadida nada menos que por Darío El Grande. No, en serio. Darío es un robot gigante enviado desde el planeta Zela, el cual está condenado a ser absorbido por un agujero negro. Al no haber forma de salvarlo, las grandes eminencias de Zela crean a Darío y lo ponen al mando de sus Cuatro Grandes Generales. Juntos, envían a sus Fuerzas Negras del Terror a la Tierra para que la dejen bien arrasadita, a pesar de que en el fondo la gente de Zela no quería guerra.

Mientras tanto en la Tierra, el Profesor Diamond se entera de esta amenaza y decir construir una enorme nave anfibia con forma de dragón (bien intimidante, por cierto), para que ayude a defender a la humanidad. Lo que pocos saben es que este Gran Dragón del Espacio es además una especie de lanzadera móvil desde donde se envía a un robot gigante que se hace llamar El Gladiador. Lo llamativo del robot es que la cabeza del Gran Dragón se desprende y pasa a formar parte del torso del Gladiador.

El arsenal del Gladiador se basaba en diferentes rayos que lanzaba desde la cabeza del Gran Dragón, como el Mini Cometa, y algunos proyectiles como el par de estrellas gigantes que lleva en las rodillas (La Cruz Justiciera). Un detalle interesante es que de todos los robots del Festiva, éste es el único que podía volar sin usar ningún accesorio.
El que tenga buena puntería es lógico, considerando que su piloto, Brando, es un ex jugador de béisbol y que está desarrollando misteriosos poderes psíquicos. Como todo héroe de estas series, tiene un carácter complicado.

El robot siempre está respaldado por el Gran Dragón, quien a pesar de no tener cabeza, tiene suficiente arsenal para hacerse notar en combate, y adicionalmente cuenta con vehículos menores que también tienen forma de saurio y que pueden ser de gran ayuda en el momento apropiado.

Una vez más la música va a cargo del Capitán Memo y una de las marcas de fábrica del inicio del Festival era que apenas empezaba la canción, lo primero que se veía era al Gran Dragón emergiendo de en medio del mar. Era realmente impresionante y hasta hoy se me hace imposible escuchar la canción y no imaginarme esa escena.



Me parece que fue una falla de marketing que ninguna empresa trajera mercadería respecto a estas series hasta que se convirtiran en piezas de colección y ahora cuesta un ojo de la cara comprarse un muñeco o relacionados a cualquiera de ellas. Alguna vez tuve un robot de esos a pilas que tenía la cabeza del Vengador. Fue lo más cerca que estuve de tener a uno de estos en mi colección. Algún día.

Por ahora eso es todo. Para la próxima haré memoria sobre ThunderCats y otras series de la misma marca, que muchos parecen haber olvidado.

Mirando patrás Vol. 4: Festival de los Robots Pt. 1


Durante la infancia ochentera, el canal 7 se llevó las palmas por traer uno de los paquetes de dibujos animados más vistos en la historia de nuestro país. La distribuidora gringa ZIV se mandó con 4 series en un inolvidable combo llamado Festival de los Robots. La versión latina de la introducción del Festival fue hecha por el Capitán Memo, y se volvió su canción más representativa.


En el 7 uno podía ver El Vengador (Steel Jeeg, su nombre original) y El Galáctico (Starzinger), ambas de finales de los 70s.

El Vengador, creación del gran Go Nagai, contaba la historia de Febo, un piloto de carreras rebelde (como todos los pilotos, ¿no?) cuyo padre descubre una campana de bronce que lleva inscrita la profecía de Medusa, una
entidad demoníaca que al parecer está a punto de regresar. La dichosa Campana ha de ser una gran fuente de poder, ya que durante toda la serie se la pasa cargoseando a Febo para que le suelte el armatoste ese.
Febo resulta no ser una persona común y corriente, sino que es una especie de cyborg que es capaz de transformarse en la cabeza de un robot gigante al unir los nudillos de sus guantes. Creo que no hay nadie que haya visto la serie y no haya hecho ese movimiento por lo menos una vez. En algún momento explican que esto es gracias a que la condenada Campana está oculta nada menos que dentro del cuerpo de Febo. Interesante saber hasta dónde llegan los arqueólogos japoneses con sus hijos.
Cuando el resto del cuerpo se une, se transforma nada menos que en El Vengador, listo para combatir a Medusa y a sus tres secuaces, tan intimidantes en aspecto como inútiles en combate: Sombra, mitad humano mitad demonio; Luzbel, un vampiro con ropa discotequera; y Megaterio, un tipo con piel de piedra y espadas cortas en la cabeza. Entre los 4 le hacen la vida imposible a Febo enviándole los monstruos mecánicos más raros que a uno se le pueda ocurrir, llegando al extremo de camuflar a uno como un Buda gigante (y no es broma).

Febo recibe ayuda de su padre, el cual mantiene su intelecto vivo en una supercomputadora y a veces también le habla a través de un medallón con la forma de la cabeza del Vengador. Para poder transformarse, las partes del Vengador le son disparadas desde un jet piloteado por la bella Mirna, que rara vez se cambia el uniforme y siempre anda en minifalda. Ella es además el típico personaje femenino abnegado que termina enamorándose del héroe por muy conflictivo que éste sea. Obviamente él ni enterado, ya que enfoca toda su atención en su madre y su hermana Mayita, a quienes cuida a toda costa. Por otro lado, todo héroe tiene su competencia, y ahí es donde entra Don, su rival de carreras, que junto a su mecánico Bobón se las ingenian para crear un robot/marioneta llamado Tobor, con el que tratan de quitarle protagonismo al Vengador cuando se trata de luchar, con resultados tan cómicos como lamentables.
El Vengador tuvo algunas mejoras cuando le asignaron un par de taladros gigantes que reemplazaban sus brazos y le permitían volar y meterse por el subsuelo, y también una bazuca enorme que usaba para acabar con los enemigos más espesos. Tanto el jet de Mirna como Tobor también recibieron mejoras durante la serie.

Un par de aspectos interesantes de la serie es que El Vengador muestra una enorme influencia de lucha libre tanto en su aspecto como en su forma de combatir. Para empezar, creo que hasta antes del Vengador todos los robots tenían un diseño simple con colores básicos. Aquí se ve un robot con piernas y brazos verdes, pecho amarillo y la cabeza con mezcla de ambos, algo muy similar a la ropa de un luchador. De más está mencionar que parece llevar un cinturón de campeón. Por otro lado, ciertos ataques como el Golpe Demoledor (que no es más que una patada voladora) eran más bien físicos y no de misiles o rayos como era costumbre. Su ataque final, el Rayo Ciclotrónico, solía empezar reteniendo al oponente nada menos que con el Abrazo del Oso.
Otro detalle es que las canciones del paquete fueron recreadas por el Capitán Memo y la canción de introducción hace referencia en buena parte al Vengador, con frases como "Cuando encuentras el mal siempre cambias tu cuerpo a metal", convirtiéndolo en el robot más emblemático del grupo.


Seguimos con El Galáctico, una historia de ciencia ficción basada en el trabajo de Leiji Matsumoto y Osamu Tezuka.
En un futuro lejano, más o menos en los años en que siempre empiezan estas historias, la galaxia entera se está quedando sin energía y eso está provocando que los seres vivos se corrompan y muten en aberraciones. Por ello, un equipo de científicos no tuvo mejor idea que enviar a la Princesa Aurora como embajadora hacia un lugar llamado El Gran Planeta para intentar restaurar el balance energético. Vaya a saber cómo, la cosa es que tenían que llegar hasta allá.

Para resguardarla, le entregan una nave tamaño familiar llamada La Reina Cósmica y ponen a su mando a un cyborg conocido sólo como El Galáctico (tenía nombre, pero no logro recordarlo), un tipo bastante problemático que logró el puesto por ser el más necio en todas las pruebas que le hicieron, y por ser el único que logró dominar la Lanza Triónica, una vara poderosísima que además de lanzar rayos podía variar su tamaño a voluntad del usuario. El temperamento del Galáctico era tan voluble que habían ocasiones en que tenían que aplicarle una especie de electroshock para tranquilizarlo. Se ve que en ese entonces las cadenas de TV creían que toda la animación era tipo Disney.

Al poco tiempo se unen al equipo dos cyborgs más. Glotín, un gordillo que peleaba al estilo medieval, con mayal (La Maza Demoledora) y escudo, y que llevaba una de las armas más peculiares que he visto: las Sandalias Protónicas, que disparaban misiles. No me pregunten, yo no lo dibujé. Como su nombre lo indica, Glotín era miembro de la Sagrada Orden del Buen Diente, es decir que arrasaba con toda la comida. El otro cyborg resulta ser Giogio, proveniente de un planeta helado y maestro del Tridente Magnético, un rifle en forma de trinche que podía congelar. Su principal característica es que llevaba siempre una calculadora con la cual podía hallar fácilmente las probabilidades de toda situación que se presente. Casio y HP deberían haber aprovechado su imagen para promocionarse. Con todo el equipo reunido, emprenden el viaje interminable hacia el planeta ese, encontrándose con entidades malignas a diestra y siniestra, que los tres deberán enfrentar si quieren ver a su galaxia en orden otra vez.

Un chiste repetitivo en la serie es que cada uno tiene su nave personal. El Galáctico lleva la Nave Flamígera, Giogio la Nave Acuífera y Glotín el Toro Estelar. Cada vez que iban a abordarlas, mientras que los demás caían como vaquero sobre el caballo, Glotín siempre caía de cabeza o fuera del asiento, salvo en un único episodio donde cae bien sentado y el que se saca la mugre es Giorgio. Los tres se quedan muy extrañados de ese hecho.

Como es típico en estas series, Aurora siente una atracción solapa hacia el Galáctico y éste a su vez no acepta que la Princesa le mueve el piso, y lo oculta dedicándose de lleno a su trabajo.
Dicho sea de paso, esta historia está basada ligeramente en la leyenda del Viaje Al Oeste, que inspirara montones de series, entre ellas Dragonball. A ver, héroe con un accesorio que vuela, una vara que cambia de tamaño, como que sí podría haber similitud.
La canción de final del Galáctico a mi parecer es una de las mejores que ha hecho el Capitán Memo y siempre tendré en la mente la imagen de los 4 personajes posando para el poster al final de la canción de introducción del Festival.


sábado, 16 de octubre de 2010

Mirando patrás Vol. 3: Mazinger Z

La serie Mazinger Z fue todo un éxito a nivel mundial por diversos motivos. Hasta antes de ésta serie sacada de la mente del gran Go Nagai, los robots eran más o menos del estilo de Iron Man 28, es decir, controlados a distancia. Mazinger fue el primero en tener directamente dentro de él al piloto, Koji Kabuto, cuya pequeña nave de transporte, el Pilder, encajaba perfectamente en la cabeza del robot gigante. Tanto fue el éxito de la serie que es el único robot gigante en tener su propia estatua en un parque, conocido ahora como el Parque Mazinger.

En nuestro país, Canal 5 tuvo el honor de transmitir la versión doblada al español, y aquí hay una anécdota. Como pocas veces, programaron a Mazinger en horario estelar, los domingos a las 7pm. El capítulo de estreno fue anunciado durante semanas, pero para nuestra desgracia, era el primer gobierno de Alan García, donde los apagones eran pan de cada día. El día del estreno recuerdo haberme acomodado frente al televisor junto a mis padres (buenos tiempos donde aún se hacían cosas en familia). Dieron las 7 y la pantalla pasa a negro. Se escucha la voz del locutor diciendo: "Panamericana Televisión presenta.... Mazinger". Y se fue la luz. Entenderán que empecé a echar humo y lágrimas a diestra y siniestra. El lunes, como era típico en ese entonces, nos juntamos a comentar lo que habíamos visto el fin de semana, y la queja era general, porque el apagón había sido en todo Lima. Sólo unos cuantos elegidos que contaban con el maldito grupo electrógeno lo pudieron ver pero se compadecieron y no nos revelaron nada. No sé si habrá sido un chispazo de consideración, exceso de reclamos o simplemente no tenían nada más que poner, pero el asunto es que PanTel se vio obligado a repetir el primer capítulo. Creo que ha sido la única vez en la que me he sentido respetado por un canal de televisión nacional.

Volviendo al punto, Mazinger Z cuenta la historia de Koji, nieto del Dr. Kabuto, con quien vive a raíz de la muerte de sus padres en un accidente. El Dr. Kabuto es el desarrollador de la energía foto-atómica y creador del robot gigante Mazinger Z, el cual entrega a Koji para que pueda enfrentar al maligno Dr. Hell y sus secuaces, quienes planean dominar el mundo (como siempre).
Las armas de Mazinger Z están distribuídas por todo su cuerpo y cada ataque tiene nombres muy descriptivos, como "Vientos Huracanados", "Cortador de Metales", "Rayos Fotónicos" y cualquier otra combinación de palabras que a uno se le pudiera ocurrir. La intención era hacerlo ver como un robot invencible. Sin embargo, los monstruos mecánicos del Dr. Hell siempre encontraban una manera de hacérselas ver bien negras al Z.
Koji no está solo en el combate, sino que está respaldado por un grupo de científicos y además cuenta con la ayuda de su amiga/rival/afán Sayaka, una mujer tan guapa como agresiva, y que también tiene a su robot Afrodita A. Cabe aquí mencionar que Afrodita fue el robot más curioso de la época, puesto que sus armas eran principalmente dos misiles que disparaba del pecho, y que literalmente sólo distraían al enemigo, pues como ella misma decía "¡No le hacen nada, no le hacen nada!". También estaba Boss y su pandilla, una manga de malandrines que siempre quieren superar a Koji. Ellos crean su propio robot con repuestos y chatarra, llamado también Boss, y que prácticamente sólo tiene una enorme capacidad de estorbar. A pesar de eso, salva la situación más de una vez. Los tres robots principales fueron mejorados conforme avanzaba la serie, y sin duda uno de los capítulos más emocionantes fue cuando crearon el Jet Scrander, un dispositivo que le permitía volar.

La personalidad de los personajes es lo que le daba peso a la serie. Koji no es un paladín por ningún lado. Por el contrario, es un tanto conflictivo, arrogante y bastante bestia en su proceder. A pesar de todo, se las arregla para salir airoso de los combates e incluso llamar la atención de Sayaka, quien comparte una relación de amor/admiración/envidia con el joven Kabuto. Boss por su parte es un bruto en todo sentido, pero tiene una habilidad innata para la mecánica, lo cual le permite parchar constantemente a su robot y asimilar parte del funcionamiento de Mazinger para adaptarlo.

Por otro lado, los seguidores del Dr. Hell son también sumamente extraños. El Barón Ashler es mitad hombre y mitad mujer (lo cual lo convertiría en el transexual más famoso de todos los tiempos) y realmente era desconcertante escucharlo usando voz masculina, luego voz femenina, y luego ambas al mismo tiempo. Era el brazo derecho del Dr. Hell y el encargado de dirigir a todo el ejército. También estaba el Conde Decapitado, un muerto viviente cuya cabeza flotaba en el aire; el Vizconde Pygman, un guerrero africano enorme que en lugar de cabeza tenia a un pigmeo (y no es broma) y que atacaba usando la magia negra; y el Archiduque Gorgón, una especie de centauro pero reemplazando al caballo por tigre. No había forma de olvidarse de personajes tan raros.

La serie la pasaron hasta el último episodio, aunque en realidad no termina sino que empalma con Gran Mazinger, la secuela, de la cual pasaron algunos capítulos antes de hacer la clásica de repetirlo todo desde el principio. La historia de Mazinger nunca terminó. Hasta ahora siguen existiendo diferentes secuelas y realidades alternas en forma de series, OVAs y mangas. El robot del Dr. Kabuto se niega a que lo conviertan en pieza de museo.

El hecho de que el Pilder se convirtiera prácticamente en el cerebro del robot, fue la inspiración para todas las series posteriores que tuvieran alguna relación con las transformaciones, entiéndase Transformers, GoBots, Robotech, Voltron, El Vengador y demás. En Perú, Mazinger fue tan popular como en todos los demás países, logrando que en su momento el sueño de muchos de nosotros fuera tener nuestro propio robot Mazinger (aunque fuera de juguete), pero como a ninguna empresa se le prendió el foco para traerlos o hacer versiones nacionales, se inició una curiosa costumbre de que a cualquier muñeco de robot desconocido que uno tuviera, le ponía de nombre Mazinger. El acierto más grande que tuvieron para sacarle el jugo a la serie fue lanzar un álbum de figuritas (siempre gracias a Navarrete, cuánta plata estuvimos gustosos de regalarles) que tenía como gancho unos posters bastante convincentes. Recuerdo que entre mis primos y yo, coleccionamos todos.

En España pasaron una película taiwanesa malísima del Barón Rojo (con actores), bajo el nombre de "Mazinger: El Robot De Las Estrellas", para coincidir con el estreno de la serie, en el 78. El asunto es que a pesar de ser un bodrio, se convirtió en un éxito al punto que algunos dibujantes empezaron a lanzar miniseries con el Mazinger rojo de la película. Fenómenos extraños que nunca se repetirán.
Pasarán los años y yo sigo soñando con tener mi Mazinger Z y que le hagan una película con actores que valga la pena, una donde por fin se muestre en su dimensión a uno de los robots más importantes que se haya inventado y donde se escuche a Koji gritando junto a la audiencia: "MAZINGEEEEER".










Próximo volumen: Festival De Los Robots.

domingo, 10 de octubre de 2010

Mirando patrás Vol. 2


Con mi mamá veíamos El Hada Chappi, una brujita que abandona a su familia mágica buscando una vida diferente. El problema es que cuando por fin se encuentra una familia, sus padres deciden mudarse también con ellos y se arman enredos a diestra y siniestra. Dicen por ahí que fue la primera bruja en usar varita.



Mi mamá también era fan de La Princesa Caballero, serie de la cual no recuerdo mucho, pero se me hace muy fácil reconocer a la protagonista. Dicen que en el cielo usaban una mora azul para convertir a los ángeles en niños y una manzana para las niñas. Cachito, uno de los ángeles, no quiere dejar de serlo, y le entrega a la niña Zafiro su mora azul y por vivo lo mandan a la Tierra a corregir su error. Al nacer, la situación de Zafiro es ya de por sí complicada: el rey hace pasar a su beba por varón para evitar que nobles inescrupulosos tomen el poder. La princesa crece vistiéndose como hombre, pero al llegar a la adolescencia conoce al príncipe de un reino vecino y se enamora de él. Ella y el príncipe deberán luchar contra los malvados que les quieren arrebatar el poder. Esto es mejor que Mulan.

Además estaban las dos series sobre autos de carrera: Meteoro y Grand Prix.
Meteoro es archiconocido, especialmente ahora gracias a la película, que por cierto a mi parecer fue excelente. Meteoro es un joven corredor de autos que viene de una familia de automovilistas con bastante trayectoria. Compite en circuitos bastante extraños con su auto Mach-5 (que aquí hicieron llamarse Max-5 en los comerciales), el cual está repleto de artilugios que le garantizan una buena carrera. Así se enfrenta a mafiosos, corredores sucios, policías corruptos, etc, etc, etc. Todo esto vigilado y asistido por el enigmático Corredor X, que Meteoro cree que es su hermano Rex que no está muerto sino que anda de parranda. La canción de apertura era recontra pegajosa y a estas alturas es inconfundible.

En Grand Prix, el protagonista es Tony Bronson, un joven cuya meta es convertirse en piloto de carreras. Desde niño muestra su afición por los autos. En los primeros episodios se le ve compitiendo en una carrera con un carro hecho por él mismo. En un accidente, Tony queda herido y es llevado a un hospital donde conoce al famoso piloto Niki Lauda, que también había sufrido un accidente. Lauda le anima a seguir en el mundo de las carreras y le convence para que se una a la escudería Arrow Emblem de Katori Motors. De esa forma Tony regresa a las pistas al mando de su auto "El Halcón". La canción, cantada en todo épico, también fue escrita y cantada por el Capitán Memo.

En esos años habían menos canales de TV y la disputa por el público infantil estaba siempre entre canal 4, el 5 y el 7. En lo personal, era el 7 el más querido, pues sus series fueron las que rompieron el esquema.
Una sola palabra puede describir una época: Ultrasiete. Transmitido aquí mucho antes que Ultraman, esta serie contaba la historia de Dan Moroboshi, un miembro del Escuadrón Ultra de Defensa de la Tierra, que combate a los alienígenas que atacan a nuestro planeta. Lo que nadie sabe es que cuando la situación se pone difícil, Dan revela su verdadera identidad utilizando unos lentes llamados UltraOjo. Al ponérselos, se transforma en Ultrasiete, un extraterrestre tamaño familiar que puede parar de lengua a los invasores gracias a sus innumerables técnicas de lucha, sus distintos rayos, y su marca de fábrica, una cuchilla que lleva en la cabeza. Los capítulos tenían bastante seriedad, y aunque no eran muy científicos que digamos, era tan misteriosos como los Expedientes X. Si mal no recuerdo, fue una de las pocas series a la que nunca se le hizo canción en español, la pasaban en japonés tal cual. El hecho de ver el nombre de UltraSiete en el canal 7 le dio cierta identificación al público. El traje rojo y blanquecino hasta lo hacían imaginar a uno que se trataba de un héroe nacional. Imposible no pegarse.

Seguiré haciendo memoria...

viernes, 8 de octubre de 2010

Mirando patrás Vol. 1

Luego de una conversa sobre las series japonesas de los 80s, recordé que mi generación había crecido muy pegada a lo que ahora llamamos "anime". Sin saberlo nos hicimos fanáticos de héroes y personajes que tenían características muy marcadas, con valores (o a veces sin ellos) y con mucha voluntad justiciera. Por otro lado, también hubieron series de otros países que, si bien es cierto no tenían tramas muy complicadas, cumplían su objetivo de entretener e incluso educar. Y bien, todo esto no es más que una gran excusa para hacer mi post retro, desempolvando la memoria y haciendo un recuento de las series que pasaron aquí. Muchas de ellas se convirtieron en un fenómeno y hasta ahora son recordadas como parte de nuestra cultura pop, algunas por mérito propio, y otras por las circunstancias en que fueron transmitidas. Por cierto que yo era bien vicioso de la TV, así que es muy probable que algunas sean ya muy oscuras. No estoy tratando de hacerlo en orden cronológico. Sólo las iré soltando como me vengan a la mente. Empezamos.

Creo que la serie más antigua que recuerdo es El Gato Félix (aunque según mi viejito lo primero que vi fue Birdman), aquel gato negro que llevaba un bolso que podía tomar prácticamente cualquier forma. Junto a su genial sobrino Pointdexter, se encargaba de librarse del espeso Profesor Rock Bottom. Luego meterían a más personajes quemados, como al extraño Baboom, que con sólo pronunciar su nombre se podía bajar un cerro. Lo pasaban en canal 5, con la cancion de "Félix el gato, el único, el único gato". Hasta ahora venden polos con la cara de Félix, a pesar de que el dibujo original es de los años 20.



Recuerdo también uno de los primeras series japonesas que pasaban, Jet Marte, un pequeño superhéroe que guardaba extremo parecido con Astroboy. La única diferencia es que Jet Marte lleva capa. En la historia fue diseñado originalmente como un arma, pero su inteligencia artificial le hacía darse cuenta de que la guerra no era un camino correcto y constantemente cuestionaba sus acciones. Bastante profundo para una serie infantil, ¿no? Esta también iba por canal 5.



Había un paquete de 3 series que siempre pasaban en secuencia: Tapón López (o Snuffy Smith, su nombre original), La Gata Loca y Beetle Bailey (o Beto El Recluta, como lo ponían las historietas). Tapón López era un chato montañez que siempre andaba metiendose en líos junto a su obesa esposa Luisa, su hijo Cabezón y su caballo/burro/mula Chispa.
La Gata Loca era una gata azul que andaba templada de un ratón rosado llamado Ignacio, que le correspondía su amor lanzándole ladrillazos en la cabeza. Todo un ejemplo del amor serrano. Para suerte de la Gata, siempre llegaba el perro Alguacil para meter a Ignacio preso en la cárcel del condado de Coconino.
Beetle Bailey era un soldado raso que básicamente no podía pasar más de 2 minutos sin decir o hacer alguna burrada, lo cual casi siempre dejaba en ridículo a su sargento Ronco y a todo el pelotón en el Campamento Ciénaga.




El canal 4 alegraba las mañanas con otro lote de series, empezando con La Abeja Maya. Una abejita curiosa y bastante arriesgada que se muere por saber qué hay más allá del panal. Siempre acompañada por su amigo Willie, se escapa cada vez que puede de las clases de la maestra Kassandra para explorar el inmenso jardín que hay por fuera del viejo castillo medieval donde está la colmena. Allí conoce al saltamontes Flip, quien la protege y al mismo tiempo educa sobre la vida de los insectos. Definitivamente deberían volver a pasarla, y relanzar los comics.

Los Pitufos fue uno de los dibujos animados que llamó más mi atención. Una aldea de pequeños seres azules viven muy tranquilos hasta que el mago/clérigo/ermitaño/alquimista Gárgamel descubre que son un ingrediente para la creación de oro y decide capturarlos, cosa que jamás consigue. Los "suspiritos azules" eran supuestamente 100, incluyendo a Papá Pitufo, el más viejo y sabio de ellos. Cada uno tenía por nombre el rasgo más característico de su personalidad: Filósofo, Genio, Tontín, Fortachón, Goloso, Vanidoso, Bromista, Gruñón, etc. y casi todos tuvieron su propio capítulo. No faltó por ahí un idiota que dijo que representaban a los pecados y que Papá Pitufo era el diablo. La serie tuvo varios giros, como cuando la fusionaron con la historia de Juan y Guillermo. Durante esa etapa, los pitufos colaboraban para combatir las amenazas del reino, recibiendo ayuda incluso del propio Gárgamel en un par de ocasiones. Otro giro fue que al parecer Gárgamel se olvida de la alquimia y termina persiguiendo pitufos sólo para comérselos. A mi parecer la decadencia vino cuando introdujeron al Abuelo Pitufo, pues le quitaban toda la autoridad a Papá Pitufo. Ahí dejé de ver la serie y no sé si pasaron el final o la levantaron.

Continuará...mientras no me dé Alzheimer.

domingo, 30 de mayo de 2010

Horror De Estudiante


Recuerdo que en mi colegio solían contarse ciertas leyendas sobre actividades paranormales. En la capilla había unas estatuas de yeso un poco perturbadoras y muchos decían que las habían visto moverse. También se decía que en determinadas horas del día, por los pasillos más antiguos, se paseaba el espíritu de uno de los padrecitos fallecidos. El vigilante del coliseo contaba que durante las noches escuchaba una pelota rebotando y risas infantiles, asociándolas con un niño que falleció ese año, al cual le gustaba mucho el basket.

Independientemente de que todo esto fuera cierto o no, los colegios suelen ser lugares muy propicios para los cuentos de horror, principalmente los más viejos porque nunca se sabe qué historias hay escondidas por ahí. Muchas historias de horror usan esta premisa. Por ejemplo, en la película de los 70s "Hasta El Viento Tiene Miedo", que no tendrá muchos sustos pero sí una excelente atmósfera, la historia se desarrolla en un colegio internado para señoritas. En "Pesadilla En Elm Street", los sueños más chocantes tienen por escenario los salones y la caldera del colegio. Son innumerables las películas donde ocurren tragedias durante la noche de graduación, siendo la más destacada sin duda "Carrie", donde el personaje de la bella Sissy Spacek mata prácticamente a toda su promoción en la fiesta.

En Korea, desde los 90s existe una saga llamada "Yeogo Goedam", que podría traducirse como "Historia de terror del colegio de mujeres". Cada película tiene un subtítulo sugerente ("Corredores susurrantes", "Memento Mori", "La Escalera De Los Deseos", "Voz" y "Un Juramento De Sangre") y presenta una historia diferente que se da lugar en algún colegio femenino. Las tramas son bastante complejas y suelen tener una dosis de lesbianismo sutil. Como es típico en las películas asiáticas, se basan más en el horror psicológico que en poner algún monstruo espantoso.

El genero slasher (o "mata mata" como yo le llamo) también le entra a los colegios, como fue el caso de "Scream", de Wes Craven, donde un grupo de estudiantes de secundaria es asediado por un asesino que sabe mucho sobre películas de terror. De igual modo "Tamara" resucita convertida en una asesina sexy luego de morir a manos de sus compañeros de clase, sobre los cuales toma venganza. También son conocidas las películas grotescas pero divertidas de la productora Troma, como "The Class Of Nuke'em High", en la cual, como siempre ocurre, un reactor nuclear explota y la radiación hace mutar a los estudiantes de Tromaville.

Mención aparte merece la genial "Donnie Darko", con Jake Gyllenhaal. Esta película se mueve entre el terror, el drama, la ciencia ficción, tiene toques de comedia y hasta de romance. Donnie es muchacho "normal" cuyo mundo se ve alterado el día en que la turbina de un avión cae sobre su cuarto. Misteriosamente él no estaba ahí ya que un extraño personaje vestido de conejo diabólico lo hace salir durante una pesadilla y le hace un anuncio sobre el fin del mundo. Desde ese momento, Donnie se verá envuelto en situaciones que tienen que ver con superpoderes, viajes en el tiempo, la búsqueda de identidad y mil cosas más.
¿Alguien recuerda más historias o películas de este tipo sobre colegios?

domingo, 14 de marzo de 2010

Las Calles, La Niebla

Salí a las 3 de la mañana. Me había pedido que me quedara hasta que se durmiera y así lo hice. Salí de su cuarto y fui al baño a lavarme la cara. El sueño me habia contagiado y no quería subir a mi auto en ese estado. Terminé, apagué las luces y abandoné su departamento. El pasillo casi no tenía iluminación, pero a ambos nos gustaba la oscuridad así que eso nunca fue un problema, aunque era la primera vez que me iba tan tarde. Bajé los tres pisos y me dirigí al estacionamiento. Nunca comprendí por qué tantas personas solían decirme que este lugar era peligroso. A mí me parecía un lugar muy tranquilo y agradable, será porque me gusta la neblina y la que hay aquí es realmente abundante. Cerré los ojos por un segundo mientras caminaba. Al parecer el sueño no había terminado de irse. Por fuera de las rejas pude ver a un muchacho paseando a su perro. Supuse que era algo normal, sin embargo la neblina se disipó un poco y pude ver mejor.

En ese momento cambié de opinión totalmente ya que no considero como "normal" lo que estaba frente a mí. El muchacho era de piel oscura, llevaba un poncho de plástico amarillo y por debajo de su capucha asomaba la visera de una gorra. Parecía llevar pantalones cortos y zapatillas. Lo extraño no estaba en él, sino en el perro. Había visto canes de diferentes razas, pero éste era diferente a todos. Quizás alguna vez fue un doberman, pero daba la impresión de que no tenía piel. Aparentemente sus músculos estaban expuestos y se podía ver cómo los huesos asomaban entre ellos. Mientras lo observaba el muchacho volteó a verme y mi preocupación aumentó. La mitad de su rostro parecía estar deformada, ya sea producto de alguna enfermedad o un accidente. Me miró fijamente a los ojos, como exigiéndome que dejara de analizarlos en ese mismo instante. Luego siguieron caminando hasta desaparecer en la neblina.

Fue en ese punto en que tomé mi decisión. No sé si fue buena o mala pero era algo que tenía que hacer. Empecé a caminar detrás de ellos. No pretendía alcanzarlos, sino que algo en mí también quería adentrarse en la neblina, la cual se hacía más espesa a cada paso. Tras dar la vuelta en una esquina, pude ver que no estaba sólo. El único farol en toda la calle me permitía ver a otros dos de esos perros sin piel buscando algo de comer en un tacho de basura. Pasé cerca de ellos y me miraron, esta vez de una manera completamente diferente. Lejos de intimidarme, sus ojos me transmitieron cierta familiaridad. Algo inexplicable en el momento. Sin más, volvieron a su búsqueda y sentí como si me dieran su permiso para seguir adelante.

La niebla se sentía más densa aún y las casas perdían por completo su color. En mi soledad únicamente escuchaba mis propios pasos, ya sin rumbo fijo. Tenía las manos en los bolsillos y me percaté de que en una de ellas aún empuñaba la llave del auto. Entonces recordé tantas cosas que me decían sobre este lugar. Las advertencias sobre lo peligroso que era, que no me acercara a la niebla, historias de mucha gente que se mudó aquí sin razón alguna y nunca más se supo de ellos. Nada de eso me importaba ahora. Me sentía bien aquí, caminando en medio de las pistas, de la niebla, de la nada.

Ya no quería irme. No tendría sentido porque las calles aquí no tienen nombres ni final. No sé cuánto tiempo llevo caminando porque siempre es de noche y no siento hambre ni cansancio. Hasta podría decir que me siento feliz de haberme quedado. Algún día llegare a su departamento otra vez y volveré a verla, o tal vez ella me encuentre en una de estas calles. Tenemos todo el tiempo para eso ahora. Mientras sigo mi camino sin retorno, me siento cada vez más convencido de que no fue mala idea enamorarme de una mujer que viva en este lugar tan extraño, donde la voluntad se pierde y los sueños nunca llegan a su fin.

martes, 9 de febrero de 2010

El Efecto Rebote

Hace unos días un amigo me comentó que la película Spider-Man 4 ya no estaba más en producción y que iban a volver a contar la historia desde el inicio. Honestamente pensé que estaba diciendo tonterías, pero luego de ver en la IMDB, resulta que la información era real. En efecto, Sam Raimi abandonó el proyecto, y junto con él se fueron Tobey Maguire y Kirsten Dunst, los actores principales. Hasta ahí la situación es comprensible, pero ¿empezar de cero otra vez? Lo harán de pura piconería.

Hollywood ha tomado una estrategia más para seguir cubriendo su falta de creatividad. Desde hace varios años, todo lo que se produce en gringolandia son adaptaciones de libros (lo cual no está mal), versiones gringas de películas extranjeras (principalmente japonesas) y remakes de películas exitosas de años anteriores (aunque algunas ni tan exitosas, como Black Christmas).
Ahora a este arsenal se suma el concepto de "reboot", que básicamente consiste en empezar de nuevo una franquicia, olvidando por completo las películas anteriores de la misma por muy buenas que hayan sido.
¿Qué es lo que diferencia el reboot del remake? La excusa es que el remake sólo trata de volver a hacer la misma historia con un nuevo equipo y nueva tecnología. Por su parte, el reboot no sólo aplica esto, sino que hace cambios significativos en la trama para darle un nuevo giro, usualmente descartando los esfuerzos de guionistas y directores anteriores. En otras palabras, se hace para enganchar nuevos fanáticos y vender más DVDs de las secuelas.

En algunos casos, un reboot es justificable. El mejor ejemplo es sin duda Batman. Tras el magistral trabajo que hizo Tim Burton con Batman y Batman Returns, vino Joel Schumacher a asesinar la franquicia con Batman Forever y Batman & Robin, desastrozas secuelas que tenían tanta lógica como cualquier capítulo de la serie de los 60s. La franquicia pues, estaba muerta y la Warner no pudo tener mejor idea que darle a Christopher Nolan todas las libertades necesarias para hacer un nuevo Batman, después de 8 años de la última película con George Clooney. El resultado fue la genial Batman Begins, muy bien recibida por la crítica al igual que su secuela The Dark Knight, y que tiene una tercera parte en camino.

Otro caso justificable fue Hulk, una película muy esperada que si bien encontré interesante, no era lo que el público esperaba. La dirección de Ang Lee me pareció muy buena, pero el argumento se perdía en sí mismo. Aparte de eso, lo realmente malo de Hulk era el propio Hulk, que se veía como si lo hubieran insertado desde un juego de PS2 y le restaba todo el realismo que podría tener en la película. La Marvel, con intención de tener a Hulk dentro de sus estudios para el proyecto Avengers, decidió volver a iniciar la historia, esta vez bajo la dirección de Louis Leterrier y con el nombre de The Incredible Hulk. El resultado fue muy superior a la versión anterior.

Hace poco Rob Zombie hizo su remake/reboot de Halloween que no llegó al nivel del trabajo de John Carpenter, pero que tuvo buenos resultados. Michael Bay, el hombre que destruyó la franquicia de Transformers, produjo el reboot de Friday The 13th (Viernes 13), que al menos salió un poco mejor que la mayoría de películas de esa saga. Ojalá le hicieran un reboot a Transformers también, pero que lo dirija Paul Verhoeven.

Trataron de hacerle un reboot a The Punisher con poco éxito comercial y no se les ocurrió otra cosa que hacer un reboot del reboot con The Punisher: War Zone. Para necios, los gringos.
El caso más curioso ocurrió con Superman. La película Superman Returns, que vendría a ser la quinta, se ubica temporalmente entre la 2 y la 3, con la intención de hacer un semi-reboot a la saga y poder hacer más secuelas. Por desgracia el argumento era completamente introspectivo, lo opuesto de lo que uno esperaría sobre un extraterrestre con superpoderes, y si bien me gustó mucho, comercialmente fue un fracaso casi total. Al fallar esta película, ahora planean hacer un reboot de toda la saga.

Mención aparte merece Star Trek, que al menos tuvo la excusa de decir que todo ocurría en una realidad alternativa, coexistiendo así con las décadas anteriores de películas, series y fanáticos, y de paso enganchando nuevos fans. Muy inteligente de parte de J.J. Abrams.
Está por terminarse el reboot de A Nightmare On Elm Street (Pesadilla En Elm Street) con el actor que hizo de Rorschach en Watchmen. A ver qué tal le sale. Se viene también The Wolf Man, con el buen Benicio Del Toro.


Ahora bien, ¿qué se podría decir de los demás reboots que vienen haciendo? ¿Son necesarios? ¿Vale la pena pensar en reiniciar una saga exitosa como la de Spider-Man habiendo pasado solo 3 años de su última entrega?

Por otro lado se vocean los reboots de RoboCop, Highlander (Los Inmortales), Teenage Mutant Ninja Turtles (Las Tortugas Ninja), Predator (Depredador), Tomb Raider, Creature From The Black Lagoon (La Criatura de la Laguna Negra), The Crow (El Cuervo), Evil Dead, Hellraiser (Puerta Al Infierno), Piranha (Pirañas), Conan, Dune (Duna), Short Circuit (Corto Circuito) y por ahí se dice que hasta Star Wars.

Hay historias que merecen contarse de nuevo, otras que no tanto. Por lo menos ya sabemos cuáles son las "novedades" que traerá Hollywood en los próximos años. Me interesaría saber si alguien tiene sugerencias de películas o franquicias que deberían hacerse de nuevo con mejor tecnología.