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viernes, 24 de octubre de 2008
Das Experiment
Un experimento consistía en lo siguiente: un grupo de monos estaba encerrado en una jaula. En un extremo de ella, se habían colocado unos plátanos. Cada vez que uno de los monos trataba de tomar un plátano, un encargado le soltaba un enorme chorro de agua con una manguera, no sólo al mono goloso, si no a todo el grupo. Los demás monos obviamente recibían al culpable con gritos y golpes.
El punto curioso es que con el tiempo se iban cambiando los monos, y sin embargo mantenían la costumbre de gritar y agredir a cualquiera de ellos que tratase de tomar un plátano, a fin de no ser mojados. Llegó un punto en el cual ya no quedaba ninguno de los monos originales. Todos eran nuevos y jamás habían recibido el chorro de agua. Pese a ello, ninguno se quería acercar a los plátanos por temor a ser golpeado y regañado por sus colegas. Sin saber por qué.
Este experimento parece haber sido efectuado en muchos de nosotros. Existe una especie de pánico a salirse de los estándares, a romper esquemas. Nos hemos convertido en personas con necesidades creadas, que cada vez son más fáciles de manipular. Nos sentimos obligados a hacer una serie de cosas en nuestras vidas, muchas veces sin saber por qué.
Se nos ha hecho obligatorio tener un celular. Algunos no reciben una sola llamada en todo el día y no saben ni qué significa Bluetooth, pero se desviven cuando les sale el anuncio de baja batería y se dan con que no han traído el cargador.
Mismo caso con el correo electrónico. No tienes internet en casa, se te olvidan las contraseñas y el 95% de tu bandeja de entrada es spam; pero igual tienes como 10 cuentas diferentes en distintos servidores y encima las pones en tu tarjeta personal.
La gente llega a casa directamente a dormir por el exceso de trabajo, los fines de semana prefieren salir y no quedarse aplastados en casa, pero igual tienen un televisor LCD de 52" y contratan Direct TV. ¿Para qué?
O más gracioso aún. Veo personas que se compran computadoras y/o laptops con procesador dual, 2GB de RAM y un disco duro de 300GB; sólo para usar Word, Excel y el Messenger. ¿Qué fue?
Por ahí también van los DVDs piratas. Hay que tener la ultimita antes del estreno y verla en casa por 1 sol en lugar de ir al cine. Qué importa si el video está horrible, se ve a la gente poniéndose de pie a mitad de escena y está doblada al "eshpañol". Conozco gente que se jacta de tener mas de 300 películas y no ha visto un DVD original, o al menos una copia de original, en toda su vida.
Lo primero que un puede pensar es "¿a ti qué te importa lo que otros hagan con su dinero?", pero no es eso lo que estoy cuestionando. Uno puede hacer lo que guste con el dinero que gana. Todos lo hacemos. Lo que me preocupa de todo esto es el hecho de que tanta gente se haya dejado arrastrar por estas "modas". Los celulares y las teles los entiendo, tienen publicidad hasta de sobra. Pero, ¿alguien promociona los DVDs piratas? ¿De dónde viene esta angustia por tener una supercomputadora para jugar Solitario? ¿Cómo aparecen estas necesidades inventadas?
Incluso yo mismo me siento obligado con este blog. Sé que nadie me lee, pero igual me siento mal cuando no publico nada nuevo en mucho tiempo. ¿Acaso le tengo miedo a que me caiga el chorro de agua? ¿O es a que mis colegas me castiguen?
Prometo actualizar este análisis conforme vaya encontrando respuestas.
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