martes, 17 de junio de 2008

Superhéroes son


Muy pocas personas podrían decir que han crecido sin un héroe de la infancia. En lo personal tuve la suerte de crecer rodeado de superhéroes en diferentes presentaciones. Empezando por mi familia, resúltase que mi abuelita era fanática de las historietas, al punto que uno de mis tíos lleva el nombre de Rebo El Conquistador, una historieta que ella solía leer. Gracias a mi madre pude ver prácticamente todas las series fantásticas que fueron emitidas en la televisión local de esos años. Por su parte mi padre siempre fue para mí la imagen del hombre indestructible, imagen que él mismo se forjó repitiéndome que era "El Increíble Hulk". Mis amigos del colegio por su parte resultaron ser tanto o más fanáticos que yo y con eso sólo afianzamos nuestro frikismo mutuamente.
Con el paso de los años, el cine y la televisión empezaron a llevar a nuestros héroes al plano "real". Uno de los primeros que logro recordar es un Hombre Araña con look disco interpretado por Nicholas Hammond; al igual que el Batman de Adam West que bailba bat-usi y bati-twist. Mal comienzo. Tiempo después llegó al cine (aún no entiendo cómo) una película televisiva del Capitán América bastante mala.
A este paso nadie iba a tomarse a los superhéroes en serio, hasta que de un momento a otro aparecieron dos héroes muy notorios. Uno de ellos fue el ahora inmortal Christopher Reeve presentando al paladín por excelencia, Superman. Todo un éxito.
El otro, en la TV. Un personaje sumamente atormentado empezaba a ganar su lugar. Bruce ("David" por estupidez del productor) Banner, encarnado por el también inmortal Bill Bixby, era el protagonista de la serie "Hulk", en mancuerna con el gigantezco Lou Ferrigno con peluca de Tina Turner.
Desde ese entonces ya nos pasaba por la cabeza la pregunta de rigor "¿cómo sería la película de...?" Las respuestas nos vinieron con el paso de los años. Algunas muy buenas y otras, lamentables.
Sin embargo, las más interesantes siempre han sido las películas sobre grupos de superhéroes. Por el momento las únicas que hemos visto completadas han sido X-Men (en promedio bastante buena), Los 4 Fantásticos (pasable) y La Liga Extraordinaria (¿por qué, Sean, por qué?). En cuanto a los grupos más importantes, supongo que aún falta mucho para ver una película de La Liga de la Justicia, pero lo que sí se viene es algo para mí mucho más interesante.
Los Vengadores (o Avengers) siempre fueron la manchita más interesante por la gran diversidad de personajes, poderes y personalidades que conllevan. Siempre pensé que verlos en la pantalla grande era algo muy lejano, pero después de haber visto las películas de Iron Man y la nueva versión de Hulk (excelentes ambas), es oficial que la película de los Avengers está en camino. Aún faltan por lo menos dos miembros más, uno de los cuáles definitivamente será el Capitán América (lo cual no me emociona pero es marca de fábrica), y se rumorea que el otro miembro podría ser nada menos que el dios del rayo Thor.
Lo único que ruego es que a Stan Lee no se le nuble la visión y logre sacar adelante este proyecto que algunos hemos esperado durante décadas. Esperaré hasta el 2009 para ver al Capitán Mamérica en otra de sus encarnaciones, y ojalá ésta sí salga bien.

lunes, 2 de junio de 2008

El Templo de la Decepción


Mi fascinación por el trabajo de George Lucas solía ser bastante grande durante mi infancia. Lamentablemente, Mr. Lucas ha demostrado con el paso de los años que su intención, lejos de tener relación con la cinematografía, está más bien ligada a lo monetario. A través de los años supo sacarle el jugo a la primera trilogía de Star Wars, lanzando primero una colección en VHS remasterizado, para luego relanzarla al muy poco tiempo en DVD, sólo que con algunos cambios, de manera que "un buen fanático" se vería obligado a tener las 2 versiones.
Luego de eso, Lucas jugó con nuestras espectativas ofreciéndonos la trilogía anterior a la clásica, cuyo primer episodio se convirtió en el comercial de videojuegos y muñecos más largo de la historia. La película se puede resumir con dos cosas: una línea de diálogo ("¿Qué hace este botón?... ¡Ups!") y un nombre (Jar Jar Binks). Los episodios posteriores lograron salvarla historia de la desgracia por muy poco.
Hace poco llegó a la cartelera la nueva entrega de la saga de Indiana Jones. Gran espectativa por nosostros, los fans del arqueólo-aventurero más conocido del cine. Se nos presentaba una historia situada más de una década después de la última aventura, justificación bastante lógica para permitir que el siempre efectivo Harrison Ford se viera con los años encima. Hasta ahí todo bien.
El problema que tengo con esta película es, en buena parte, bastante personal. No negaré que me emocioné mucho al saber que Indy y su nuevo equipo vendrían nada menos que a nuestro país, más precisamente a Nazca, a estudiar sus enigmáticas líneas.
Toda mi emoción se fue al diablo cuando veo la clásica escena del mapa que va indicando la ruta del avión y me doy con que van a parar a Cuzco. Y terminó por convertirse en cólera cuando veo que Indy y compañía se bajan en el "aeropuerto de Nazca" y al caminar por un mercado se escucha de fondo una ranchera. Indy habla en quechua porque "aprendió cuando fue secuestrado por Pancho Villa". Para continuar con los absurdos, Indy sube a una construcción antigua que más parecía egipcia que incaica, y desde ahí puede ver completamente dos figuras de Nazca, una junto a la otra. Dentro de esa construcción, que supuestamente es una tumba incaica, hay grabados en forma de calavera, fardos funerarios bastante delgados tirados por aquí y por allá, cholos con máscara de calavera que saben ninjitsu, y españoles momificados. Todo eso en menos de 15 minutos de película. Lo que se ve en la selva del Brasil ya es otra historia.
Veamos. Hasta donde sé, Nazca no queda en Cuzco, ni es la capital del Perú. No tenemos areopuerto en Nazca y las rancheras no son parte de nuestro folclor. Ni Pancho Villa ni sus compinches hablaban quechua o algo que se le parezca. Las figuras de Nazca son suficientemente grandes como para no poder distinguir a dos juntas en un sólo tiro de cámara. No existe ninguna construcción incaica que se parezca en algo a lo que se ve en la película. Los fardos funerarios se enterraban, no se dejaban tirados como en un almacén; y se colocaban en posición fetal, no echados. El estilo de combate sin arma andino no incluye la más mínima acrobacia, ni el uso de máscaras de lucha libre. Ningún embalsamador incaico en su sano juicio habría momificado a unos invasores como si se tratara de nativos nobles.
Digo yo, ¿qué no estamos en la era de la información? ¿Es tan difícil entrar al Google o al Youtube para saber cómo diablos debió haber sido el imperio más grande de América? ¿Todo lo que esté al sur de la frontera gringa tiene que ser igual a México? Bien, ya renegúe y ahora entiendo las quejas de otros países cuando son estereotipados por los gringos. Ahora a seguir con la película.
Todo el rollo de los extraterrestres que se presenta en esta entrega ha sido leyenda desde hace muchos años, y aunque los efectos especiales (una vez más) son buenos, la trama cae por completo. Sé que hay mucho que se le puede disculpar porque en el "universo" del Dr. Jones sigue siendo factible correr entre las balas sin ser alcanzado o tener el arma adecuada en el momento adecuado, pero aún dentro de ese universo, hay cosas que están completamente fuera de lugar.
Puedo entender que el personaje de Shia LaBeouf pueda trepar por lianas imitando a los monos, pero no que pueda ir más rápido que un autmóvil.
Que cuatro personas dentro de un vehículo anfibio se mantengan en su lugar después de caer de una catarata una vez, pero no tres veces.
Que mostrar una calavera de cristal salve la situación una vez, pero no cuatro.
Que unas hormigas puedan resultar temibles por su mordida, pero no que puedan hacerse "patita de gallo" entre ellas para alcanzar a Cate Blanchett.
Y por sobre todo eso, que un refrigerador pueda resistir una explosión nuclear, pero no que pueda proteger a un ser humano de la radiación de la misma. ¿O algo tuvo que ver que Indy bebiera del Santo Grial haciéndose inmortal? Es bastante obvio que ni el propio Lucas recordaba eso cuando escribió esa escena.
La película tiene sus momentos entretenidos, pero palidecen frente a los errores que he mencionado y muchos otros más. ¿Dónde están los diálogos y las actitudes que hicieron favorito a Henry Jones? Por el contrario se le ve siempre cansado y hasta adolorido, aspecto que ni Sean Connery tuvo en "La Última Cruzada" haciendo de su padre.
Sinceramente espero olvidarme pronto de esta historia y hacer como que nunca la vi. Buena, Lucas. Una franquicia arruinada más y ya estarás en la liga de Uwe Boll.